Torrijas

Torrijas, la receta de Semana Santa para posponer la operación bikini

Este año, la Semana Santa “toca” tarde, por lo que nos pillará a finales de abril, inmersos de pleno en la inestabilidad que constituye la primavera, en la que un día tenemos que salir con bufanda y en otro apetece salir de manga corta. Pero independientemente del tiempo, hay un dulce clásico atemporal por excelencia de este periodo: las torrijas. Un delicioso y sencillo postre bastante calórico que, como tenemos a la vuelta de la esquina el verano, merecerá la pena que disfrutemos con el café pero también será buena idea llevarlas al trabajo de forma segura para que no pierdan su textura y sabor empleando una bandeja desechable y papel de aluminio

Cómo hacer torrijas tradicionales

Ingredientes

Una barra de pan de kilo (mejor si es del día anterior), un litro de leche, canela en polvo y en rama, azúcar, aceite de oliva y un par de huevos.

Preparación

En un cazo, mezclamos el litro de leche con un par de ramas de canela y dos cucharadas grandes de azúcar, llevándolo lentamente hasta su punto de cocción. Apagamos el fuego y dejamos enfriar.

Mientras tanto, cortamos el pan en rodajas gruesas de unos dos dedos y las introducimos en una bandeja donde posteriormente serán cubiertas con la leche aromatizada.

Ponemos una sartén con abundante aceite de oliva a fuerte, es necesario que las torrijas queden tostaditas y que se hagan rápido, así que no escatiméis.

Este es el punto crítico de la preparación: con sumo cuidado extraemos las rebanadas de pan empapadas y las rebozamos con los dos huevos batidos. Posteriormente, las echamos a la sartén y dejamos que se doren, será un proceso rápido, vuelta y vuelta.

Preparamos una bandeja con abundante papel de cocina para escurrir el aceite sobrante donde las vamos depositando una vez fritas.

A continuación, espolvoreamos al gusto con canela y azúcar. Este postre es especialmente delicioso cuando aun están templadas con el café o con una bola de helado de vainilla, pero tranquilo porque aguantan perfectamente un par de días.

Hay otras opciones menos calóricas como puede ser meterlas al microondas en lugar de a la sartén y acabar dándoles la gracia con un soplete sobre el azúcar, pero hay que reconocer que no quedan tan ricas. De todos modos, ante la contundencia de este postre, es recomendable que aproveches para invitar a merendar a unos amigos o las lleves a la oficina para evitar que todas acaben en tu estómago.