Colonia infantil: cómo elegir y aplicar colonias para bebé
Los niños nunca dejan de experimentar y descubrir cosas nuevas, por lo que estimularlos es siempre una buena idea. Más allá de la vista y el oído (sentidos típicos), los bebés comienzan a crear su memoria olfativa desde muy temprano, asociando olores a emociones y experiencias. Algo que también se aplica a la colonia infantil.
Piensa lo arraigado que tienes el olor a café, a hierba recién cortada, a pan o a la casa de tu abuela. En todos estos casos, son olores asociados a experiencias que nos evocan algo. Con la colonia infantil, el bebé descubre y memoriza olores que primero le resultarán nuevos y tarde o temprano asumirá como familiares.
En perfumería lo habitual es emplear esencias cítricas, florales, de maderas o de hierbas aromáticas… a partir de las cuales se crea un perfume fresco. En el caso de las colonias de bebé, nos encontramos frente a perfumes frescos, suaves y dulces. Aromas que potencian su inocencia e ingenuidad.
Perfumarse es una opción que podemos realizar a todas las edades, si bien en los más pequeños debemos prestar especial atención a la hora de elegir fragancia y en cómo aplicarlas. Perfumar a un bebé puede realizarse tanto con colonia como con aceites y cremas infantiles, que darán al pequeño un olor más suave.
Para elegir una colonia para bebé hemos de elegir una que cumpla las siguientes características:
- Ha de ser natural y simple, reduciendo la incorporación de sustancias al máximo
- Ha de ser hipoalergénica, teniendo en cuenta lo sensible que es su piel y la delicadeza de su sistema inmunológico
- Que no tenga alcohol, para evitar irritaciones
En resumen, una colonia infantil debe respetar y cuidar la piel del pequeño. Además, debemos prestar especial atención a su aplicación. Es mejor no aplicarla directamente sobre su piel, sino que te impregnes tus manos y la apliques al bebé. O también depositar unas gotas sobre su cepillo y peinarle.