Consejos de congelación: ni se te ocurra congelar estos alimentos
Puede que si preguntas a pie de calle qué aparato es el favorito de la gente, la televisión, el móvil o el ordenador ocupen los primeros puestos. Pero ¿qué haríamos sin la nevera o el congelador? Electrodomésticos que ayudan a almacenar nuestros alimentos en óptimas condiciones, y que además, en el caso del congelador, constituye una herramienta fundamental para salir de un apuro y tener una despensa a prueba de catástrofes naturales.
Verduras, carnes, pescados, caldos, platos cocinados, hierbas aromáticas… pero claro, es importante congelarlo de manera adecuada, bajo ciertas condiciones, organizarlo bien y no todo puede congelarse.
Recuerda que has de congelar los platos procesados cuando estén fríos. Si compras alimentos que quieres congelar, hazlo en el momento, no esperes varios días. Te recomendamos que saques los alimentos del embalaje original y en su lugar emplees envases de aluminio, –que demás son aptos para el horno-, bolsas, papel de film y aluminio, y por supuesto, una etiqueta especificando qué estamos congelando y con qué fecha. Algo de sentido común: La nevera conserva los alimentos, pero no de forma perpetua.
En todo caso, no todos los alimentos soportan la congelación. Es decir, puedes congelarlos, pero sus propiedades organolépticas se verán a afectadas y perderán mucho. Para que no te compliques, aquí una lista para que lo tengas en cuenta:
• En general, los alimentos especialmente grasos se pondrán rancios. Por ejemplo el jamón o la panceta.
• Huevos. Asegurate de comprar los que vayas a consumir.
• Frutas, si bien las frutas rojas son las que menos pierden.
• El queso pierde su textura característica al congelarlo.
• Verduras que se quieran comer en crudo y las patatas, tanto crudas como cocinadas.
• Pasta y arroces cocinados.
• Salsas emulsionadas como la mayonesa.