Trucos para tener los cristales de ventanas y escaparates impecables
La limpieza de cristales es un procedimiento que hay que realizar de forma minuciosa si queremos que ventanas y escaparates luzcan relucientes y dejen pasar la luz del sol al interior en el caso de las casas, y mostrar de forma atractiva los artículos que tenemos en nuestras tiendas.
Para empezar, antes de comenzar con la tarea, hay que hacerse con los utensilios necesarios para limpiar cristales: líquido limpiacristales y las guías y labios de goma, o los limpiacristales con esponja, ya que de una sola pasada arrastramos toda la suciedad. En caso de no tener estos utensilios, puedes utilizar el líquido limpiacristales con paños que no dejen pelusillas, o usar papel de periódico, evitando usar papel de cocina.
Antes de comenzar a limpiar los cristales en sí, es importante limpiar en primer lugar el marco para evitar volver a ensuciar los cristales si lo hacemos al contrario. En el caso de que el marco sea de aluminio o de otro metal, podemos limpiarlos con una bayeta o con un trapo con una solución de agua caliente y detergente, o con un poco de alcohol. Para los marcos de PVC, se puede utilizar una solución de agua y jabón. En cambio, si el marco es de madera, bastará con usar un trapo suavemente mojado en algún líquido especial para limpiar madera, aunque en caso de no disponer de él, también se puede limpiar con un trapo ligeramente mojado en agua.
Respecto al cristal en sí, si podemos, debemos elegir el día de limpieza, evitando los días de mucho calor o de aire ¿El motivo? Que estos dos elementos hacen que se seque de forma inmediata el líquido limpiacristales y que no podamos limpiar las ventanas a conciencia. Por eso, siempre que podamos, es mejor limpiar las ventanas en días húmedos, o en los meses de verano, a primera hora de la mañana antes de que el calor apriete. Evita también cristales que puedan estar calientes por la calefacción o por una bomba de calor que le da de forma directa.
Una vez dicho esto, comencemos con el proceso de limpieza en sí. Para empezar, deberemos aplicar el líquido en toda la superficie del cristal, dejando que actúe unos minutos para que pueda actuar sobre la suciedad adherida a la superficie. Contra más sucio esté, más húmedo debe estar el cristal para que no se seque antes de que podamos limpiarlo. Además, algo que jamás hay que hacer es tratar de limpiar una ventana sucia con un trapo seco, ya que además de emborronar todavía más la ventana, podemos incluso llegar a rayar el cristal con la suciedad acumulada. Para manchas más difíciles, como la pintura, o el barro, podemos utilizar un rascador para eliminarlas de forma rápida y sin problemas.
A continuación, deberemos aclarar el cristal comenzando por la parte superior para evitar que escurra nada y que manchemos lo ya limpiado. En caso de que usemos las guías limpia cristales, tras mojar la superficie con una esponja con el producto de limpieza y pasr dicha guía, hay que secar la goma después de cada pasada para retirar el exceso de líquido y los residuos que puedan haberse adherido. Sin duda, esta es la mejor opción, ya que nos permite limpiar mucho más rápido, sobre todo cuando hablamos de limpiar escaparates o ventanas de mayor tamaño.
Para secar los cristales, una vez que los hemos limpiado, lo mejor es limpiarlo con un trapo suave para sacarle brillo, o en su defecto, con papel de periódico. Sobre todo, tienes que evitar papel de cocina o trapos que suelten pelusas que se puedan quedar en el cristal y parezca que no hemos limpiado el cristal.
Ya para acabar, como consejo final, te recomendamos que cuando amenace lluvia, bajes las persianas. Así evitarás que se ensuecien los cristales con las gotas de lluvia, y además, conseguirás también que se limpie la parte exterior de la persiana, una zona complicada para acceder y que nunca suele limpiarse por las complicaciones que ofrece.