La piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo y el primero que entra en contacto con el exterior, por lo que sirve como protección e interacción con el medio. Sorprendentemente, la piel de las mujeres es distinta a la de los hombres, siendo esta última más gruesa, fuerte y productora de más sebo. Al actuar como barrera, debe estar en estado óptimo para evitar sequedad, grietas o descamación, afectando su equilibrio natural y posibilitando la entrada de agentes externos de todo tipo, por eso es tan importante su hidratación. Una piel no hidratada favorece la existencia de arrugas, manchas y flacidez, entre otras cosas. Para ello, qué mejor que incorporar la crema hidratante a nuestra rutina diaria de higiene, independientemente de nuestra edad o la época del año. Leer más