Qué es mejor: ¿Pañuelos de tela o de papel?
Acabamos de dar la bienvenida a la primavera pero no por ello nos despedimos de los fríos y la lluvia, que convivirán durante las próximas semanas codo con codo con los primeros días de buen tiempo. Así, nos encontramos en pleno repunte de procesos gripales y catarrales que se unen a las alergias al polen, fruto de la estación.
Sea como sea, es muy probable que necesites un pañuelo para limpiar tus secreciones. Ahora bien, ¿pañuelos de papel o de tela? Más de uno guarda con cariño el recuerdo de sus progenitores, limpiándoles la cara con un pañuelo de tela. Sin embargo, con el paso del tiempo la tela ha ido cediendo su espacio al papel. Pero, ¿cuál es mejor?
No cabe duda que el pañuelo de tela tiene un encanto único, especialmente cuando lo encontramos en el bolsillo de una chaqueta emulando a los dandies de antaño. Con sus iniciales grabadas, fabricados en materiales naturales como el algodón o la seda… Sí, el pañuelo de tela es especial, pero no es la mejor opción para limpiar las secreciones de la nariz o tras un estornudo.
Y es que tras sonarnos o estornudar, depositamos virus y gérmenes sobre el pañuelo, razón por la que debemos tirarlo a la basura y emplear otro nuevo en la siguiente ocasión. Con los paquetes de pañuelos de papel, podemos hacerlo, pero con los pañuelos de tela tendemos a usarlos varias veces hasta que se humedecen del todo, momento en el que los echamos a la lavadora.
Si optamos por guardar el pañuelo, estaremos corriendo el riesgo de contagiarnos a nosotros o a otras personas de nuestro entorno. Una vez usados, no los guardes en bolsillos, cajones o en el bolso donde otras personas puedan manipularlos y, tras sonarnos la nariz, es fundamental lavarnos posteriormente las manos para minimizar el riesgo de contagio.
Además y aunque el algodón sea un material muy agradable en contacto con la piel, la celulosa de los pañuelos de papel es especialmente suave para no irritar la nariz e incluso encontramos versiones con bálsamo para reducir la irritación y congestión.