¿Sabes por qué comemos palomitas de maíz en el cine?
¿Quién no ha comido alguna vez palomitas mientras ve una película en el cine, o en el salón de su casa? Probablemente, la caja en la que te has comido las palomitas hayan sido distribuidas por Drolimsa. Pero, ¿sabes de dónde viene esa costumbre de comer palomitas de maíz en el cine?
Parece ser que la tradición de comer palomitas en el cine comenzó durante la Gran Depresión estadounidense, a caballo entre los años 20 y los años 30. En aquella época, uno de los pocos alimentos que podían permitirse los asistentes a los cines con menos capacidad económica era un cono de palomitas, un producto muy abundante en Estados Unidos.
En un principio, las palomitas se vendían en puestos callejeros, hasta que los dueños de los cines se dieron cuenta del tremendo negocio que podía desarrollarse en torno a las palomitas, y decidieron poner puestos de venta de palomitas en el interior de los cines. Dicen que los primeros cines que comenzaron a vender palomitas estaban en Kansas City, un estado en el que Julia Braden convenció a los propietarios del Lindwood Theater para instalar un puesto de palomitas en el interior de este establecimiento de ocio.
Con la llegada de la II Guerra Mundial, la escasez provocada por la contienda bélica, y la disminución de las reservas de azúcar en Estados Unidos, provocó una disminución en el número de vendedores de caramelos, con el correspondiente aumento en el número de puestos de venta de palomitas, dado que el maíz era un producto del que no había escasez en aquella época. Y así, poco a poco, las palomitas de maíz fueron imponiéndose en las salas de cine de todo el mundo.